Mientras crecía en Miami, Manny Portuondo escuchaba constantemente historias sobre la conexión profunda de sus ancestros con La Tropical: una histórica marca de cerveza cubana que, en su apogeo en la década de 1950, representaba el 60% de toda la producción de cerveza del país.
“Había oído las historias”, dice Portuondo. “Mi abuela hablaba de ello, mis padres hablaban de ello, pero entraba por un oído y salía por el otro”.
Si bien Portuondo estaba apegado a sus raíces cubanas, estaba más interesado en jugar al fútbol, ir al cine y encajar en la cultura estadounidense que lo rodeaba. Luego, llegando al final de sus 20 años, algo cambió.
“Quería saber de dónde venía, por qué estábamos aquí y qué había pasado con la familia”, dijo. “¿Cómo esta familia industrial que lo tenía todo llegó a Miami sin un centavo en 1960? Y me pregunté: ‘¿Por qué nadie hizo nada al respecto?’”.
Esas preguntas acabaron envolviendo a Portuondo en el viaje de más de 100 años de La Tropical, de leyenda cubana exiliada a próspera marca de cerveza de Miami. En la actualidad, Portuondo y su equipo de la recién inaugurada Cervecería La Tropical elaboran una cerveza ámbar de estilo vienés con la misma fórmula que sus antepasados usaban en 1888. Le está trayendo al público moderno de Miami un producto y una experiencia que recuerdan a la ubicación original de La Tropical, con planes de expandirse globalmente.
“Me gustaría decir que nuestras marcas tienen el alma cubana, pero ya no estamos en Cuba”, dijo Portuondo. “Es el alma cubana con el estilo de vida de Miami. Somos el Caribe con gran energía. Somos divertidos. Somos el sol. Somos exóticos. Somos románticos. Somos Miami y Cuba, todo en uno”.
El viaje de La Tropical
A los 28 años, Portuondo entró en la Cuban Heritage Collection de la Universidad de Miami y leyó cada libro y artículo que encontró sobre la historia de la cerveza cubana. Aprendió más de Federico Kohly, su bisabuelo, quien en su día fue propietario de los terrenos de La Habana donde se estableció la Cervecería La Tropical original, y de la familia Blanco-Herrera, que fundó la cervecería en la década de 1880.
Portuondo entrevistó a miembros de ambas familias y aprendió cómo crearon una enorme cervecería que se convirtió en un pilar cultural.
“Un lugar místico y mágico en el que no solo fabricaron cerveza, sino que crearon un lugar real que se convirtió en un destino”, dijo. “No solo para el cubano típico que adora la cerveza, sino también para el turismo. Se convirtió en un lugar central para el desarrollo de la cultura musical cubana. Si eras un prometedor músico cubano antes de ser conocido, habrías tocado en La Tropical”.
La familia de Portuondo y la familia Blanco-Herrera fueron expulsados en 1960 y aterrizaron en Miami, con el gobierno cubano tomando el control del negocio. Por lo tanto, Portuondo trabajó en una amplia estrategia legal para recuperarlo.
“Todos pensaron que estaba loco”, afirmó. “‘Manny, ¿qué estás haciendo? Todo el tiempo que estás dedicando a esto. Estás loco. No tienes posibilidades. ¿Cómo vas a vencerlos?’. Bla, bla, bla. Y fue una especie de jugada arriesgada en 1998, en la que, de hecho, hipotequé mi casa, ya que era todo lo que tenía en ese momento, y decidí intentarlo. Me llevó 24 años”.
Durante ese tiempo, Portuondo hizo gestiones para controlar legalmente la marca fuera de Cuba. En 2015, a la edad de 55 años, fue a Cuba por primera vez y visitó los jardines originales de La Tropical con su madre, en lo que denominó un recorrido completo de la herencia familiar. Cuando regresó a casa, se decidió por una nueva estrategia.
“Volví de ese viaje pensando lo siguiente: ‘He estado siguiendo esta estrategia legal por un tiempo. Es el proyecto que me apasiona en la vida. Ya no tengo 28 años. Tengo 55. Vamos a intentarlo ahora desde una perspectiva comercial. Vamos a tomar esta tesis legal con la que he tenido mucho éxito. Vamos a ver si podemos hacer algo en términos de aplicación comercial”.
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Portuondo se dedicó al negocio de la cerveza y las hamburguesas, pasando por Anheuser Busch y Burger King. Se enteró de que Boston Beer Company planeaba abrir una pequeña cervecería artesanal en el barrio Wynwood, cerca de él, así que llamó al director ejecutivo, al que conocía por sus anteriores relaciones comerciales, y le hizo una propuesta.
“Le dije: ‘Oye, Miami no es Boston, y más vale que traigas tu pasaporte y que pienses en una marca latina si quieres atraer a los consumidores aquí’”.
Portuondo vendió un acuerdo de licencia de un año con la empresa y lanzó un adelanto de la marca La Tropical como parte de la apertura de Boston Beer Company en Wynwood, sirviendo solo cerveza de barril.
“Se convirtió en la cerveza número uno en poco tiempo”, dijo.
El atractivo universal de La Tropical
El éxito de la asociación con Boston Beer Company hizo que La Tropical recibiera más atención, incluso ofertas no solicitadas de algunas de las mayores cervecerías del mundo para comprar la marca. Todas las empresas, excepto una, hicieron ofertas similares de compra del 100%, con planes de contratar a Portuondo para que se encargue del área de relaciones públicas.
Él no estaba interesado.
“Cuando haces algo durante 24 años, no lo haces por el dinero”, dijo. “Lo hice por distintos motivos. Primero y principal, lo hice para recuperar el legado de las familias Blanco-Herrera y Kohly. Pero hubo una cervecería que entendió mi visión y comprendió lo que yo quería realmente, y me hizo una oferta muy interesante. Esta fue la oferta: ‘Manny, valoramos todo lo que hiciste. Apoyamos la visión de la marca. Solo queremos una participación mayoritaria. Tú decides cuánto quieres conservar y, cuando hayamos terminado con el acuerdo, aquí están las llaves del auto. Tú lo conduces’”.
Esa empresa era Heineken, a la que Portuondo vendió una participación mayoritaria en 2017. Se pusieron manos a la obra con los planes para abrir una cervecería en una propiedad de un acre en Wynwood, que también tenía un restaurante, una taberna y patios cerveceros, y que se inauguró en marzo de 2021. La nueva Cervecería La Tropical atrae entre 2,500 y 3,000 clientes por semana.
“La aceptación de la marca fue abrumadora”, dijo Portuondo. “Para los cubanos, fue significativo porque no solo supuso el regreso de la marca cubana, sino que, para las comunidades cubanas, también es un símbolo de que se puede ganar. Que puedes ser despojado de todo, pero con mucho corazón, con mucho trabajo, puedes ganar”.
Portuondo atribuye gran parte de ese éxito a la creación de un equipo sólido desde el principio, que incluye a un jefe cervecero que conoció cuando refrescaba sus propias habilidades en la Universidad Internacional de Florida, así como un equipo de ventas y un director de marketing de marca, que ayudaron a ampliar el alcance del negocio más allá de Miami.
“Solo estoy haciendo crecer nuestro portfolio”, afirmó Portuondo. “Realmente estoy tomando esta marca de estilo de vida que creo que tiene un atractivo universal desde la perspectiva del estilo de vida del sol, la diversión y el ritmo que tenemos en Miami y que se remonta a Cuba. Creo que tiene posibilidades no solo en Estados Unidos, sino también en muchos mercados distintos de todo el mundo”.
“Cuando se estudian los patrones de viaje de quienes van al Caribe, lo que se encuentra es que se pueden elegir probablemente unos 10 países que generan el 80% de todos los viajes al Caribe. ¿Cuáles son esos países? Estados Unidos, Canadá y la mayor parte de Europa Occidental: Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y España. También hay algunos países asiáticos, como Japón. Nuestra visión del mundo no es necesariamente estar en todos lados, sino estar en todos los lugares en los que creemos que la marca tiene algún tipo de afinidad que puede vincularse a esta cultura caribeña. Creemos que puede funcionar realmente bien”.